El día de Jueves y Viernes Santo los chicos de la cuadrilla fuimos a sacar un santo, el jueves teníamos que sacar a la virgen desde la iglesia de San Martín hasta la plaza donde sería el reencuentro, una vez allí escuchábamos el pregón aguantando el santo en los hombros entre cuatro durante el tiempo que durase, entre cuatro, cuando nos casábamos pedíamos el cambio y así otro ocuparía nuestro lugar, de esta forma podríamos descansar los brazos, los cuales ya estaban bastante cansados, íbamos vestidos con una indumentaria negra, primero nos teníamos que poner el traje de color negro, de una sola pieza, la cual nos llegaba hasta los pies , una vez puesto tocaba ponernos el cinturón de terciopelo para que el vestido no se cayese, estaba compuesto por una parte superior con una abertura ribeteada para la cabeza, y otras dos para las mangas con un ribete de color oro, en la parte de la cabeza, un capirote de color negro el cual al llegar a la plaza por respeto nos lo teníamos que bajar. Había que seguir un simple paso de izquierda a derecha al ritmo de las trompetas y tambores, pero con todo el peso que recaía sobre nuestros hombros no era tan fácil, luego teníamos que llevar el santo a la iglesia de Santa María y luego ya nos podríamos ir a cenar para prepararnos para salir por la noche... El viernes el santo teníamos que sacarlo desde la iglesia de Santa María en la plazeta de Jesús hasta la plaza y una vez allí volveríamos por la carretera subiendo por la resbaladiza cuesta de los civiles hasta llegar de nuevo a la iglesia, pero no pudimos realizar esta salida ya que las lluvias lo hicieron imposible, de este modo la profesión se suspendió y se sustituyó por una misa en el interior de la iglesia.
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