Un día, por casualidad nos apeteció ir a la estación para acompañar a un amigo que tenía que volver a Zaragoza, a la vuelta nos dio curiosidad por mirar al otro lado de la barandilla para ver que es lo que había,
nos encontramos con unas pequeñas y destrozadas escalerillas, las cuales estaban hechas de cemento y ladrillo erosionado por el paso del tiempo y de los años.
Decididos, bajamos por las escalerillas, las cuales nos conducirían a una pequeña acequia de nos más de un metro de profundidad, conectada con el río Jalón, y con las huertas más próximas de la zona, había unas manchas oscuras, muy curiosas, que al aproximarnos a ellos movían rápidamente para nuestra sorpresa nos percatamos de que esas manchas oscuras y a la vez rojizas eran cangrejos,¡todo un descubrimiento!,
era pronto no eran todavía las cinco y media de la tarde, y decidimos ir rápido a casa a por los retes para pescar un rato, cogimos dos.
Al llegar a la acequia nos pusimos a escarbar para ver si podíamos conseguir alguna lombriz, para ponerlas de cebo, dado a que nos habíamos olvidados completamente de coger de casa un trozo de carne o algo que se le pareciese, mientras que inspeccionábamos la tierra rojiza llena de raíces en busca de alguna escurridiza lombriz, una vez conseguidas algunas lombrices, nos dispusimos a sacar los retes del agua, al levantar de la cuerda salió el imperdible perdido en el fondo de la acequia, habíamos colocado unas insípidas uvas verdes de la parra del huerto de al lado, y al levantar la cuerda pudimos observar atónitos, que en la trampa había dos cangrejos, cogimos los cangrejos y los echamos a la batalla de cinco litros a medio llenar, con el tapón tapado para que pudieran respirar, en el alfiler coloqué un par de lombrices que se retorcían endiabladamente, volvimos a tirar la trampa al fondo de la acequia, al cabo de diez o quince minutos la volvimos a levantar,¡anda!, hemos vuelto a pescar.
Así nos pasamos toda la tarde-noche hasta que anocheció, devolvimos todos los cangrejos de nuevo a la acequia y volvimos al pueblo bajo la luz de las farolas en la oscuridad de la noche.
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