Esperado ha sido el ansió puente de la constitución,
ya tenía ganas de volver, ya que había estado mucho tiempo sin ir,
todo un mes pisando tierras atecanas,
parece poco, pero es mucho tiempo,
ahora me tendré que acostumbrar en no ir en un tiempo ya que hace mucho frió,
vamos a la casetilla, ya es toda una costumbre ir todos los sábados que se puede,
quedamos lo antes posible,
ya que en este tiempo se hace muy pronto de noche y hay que aprovechar al máximo el tiempo,
sobre las once de la mañana ahí estamos,
estamos un rato en las mesas planeando lo que cada uno vamos a comprar,
uno quiere hamburguesas, otro salchichas y el otro unas chuletas,
una vez que todos nos hemos puesto de acuerdo vamos a comprar,
compramos cuatro barras de pan, pocos hechas con mucho miga y corteza blanda, tal y como ami me gusta,
dos botellas de Coca-Cola pero de la marca barata, que hay que ahorra,
ocho hamburguesas compramos con sus respectivos panes de pita, bien blanditos,
compraremos también unos huevos, para hacerlos fritos en la satén,
los vasos, platos y demás de casa los traemos,
ya hemos comprado todo y hacemos todos los cálculos, y queda justo pagaremos seis euros cada uno,
agarramos fuertemente las bolsas no se vallan a caer,
sobre quince y veinte minutos caminando hemos estado,
pero por fin hemos llegado,
lo primero vamos a la acequia y cogemos agua, para limpiar bien la mesa,
el agua está muy fría, por lo qué dejaremos ahí las bebidas,
las bolsas con la comida las dejamos encima de las sillas de mimbre,
con el pie y el hacha cortamos unos maderos,
los ponemos en la lumbre y en el medio de todo unos periódicos,
prendo un extremo del periódico con el mechero,
poco a poco el fuego va cogiendo fuerza,
nos quedamos maravillados,
tiene unos colores preciosos,
sera por su magnetismo, o por los colores que adopta de la tinta de los periódicos,
mientras que los demás ponen la mesa,
vamos a mirar si hay algo en la desembocadura,
quizás un cangrejo, quizás una trucha, quizás una carpa, quizás no halla nada.
Pasado un rato las brasas están casi preparadas, cojo la parrilla y la pongo encima de ellas,
vuelta y vuelta para que se queme la grasilla,
y de esta forma sea más fácil limpiarla con una hoja de periódico,
una vez limpia pone las chuletas en la parrilla, ya que es lo qué más rápido se hace,
unos minutitos vuelta y vuelta, y...¡A Comer!
por fin ya están hechas, mm.... ¡qué buenas! luego asaremos las hamburguesas,
nos las comemos con lechuga y tomate de la huerta de al lado,
y un chorrito de ketchup, ya son las cuatro,
y hemos terminado de comer, vamos a la trampa que habíamos puesto antes en la desembocadura,
una trucha hemos cogido, la haremos asada haber como estará,
echamos más leña al fuego, para que haya buenas brasas,
para hacer el chorizo y las patatas asadas,
cogemos la botella vacía de Coca-Cola, y la llenamos de agua para hacer el café,
hablamos de lo nuestro, de las notas, de todo eso...
a algunos nos gustaría sacarnos el carné de moto, yo ya tango un dinero ahorrado,
en cuanto cumpla los dieciséis si se puede el de 125cc me sacaré,
entre tanto hablar se nos quemas el chorizo,
aunque a las patatas les queda un ratíco,
toda comido, a la brasa sienta mucho mejor,
ya son las ocho y el fuego está apaciguado,
nos ponemos las chaquetas y nos vamos para el pueblo,
con todo lo que hemos comido no creo que vaya ha cenar,
quedamos entre todos para esta noche, como siempre iremos al bulevar,
a ver que se cuece y a tomar algo,
y cuando el cuerpo pida descanso a dormir nos iremos.